ENCERRAR ADENTRO, ENCERRAR AFUERA

No lo entendí hasta un tiempo después.

Soy master facilitador certificado de los programas de desarrollo del potencial humano de The Pacific Institute para México y América Latina. Tú puedes decir «¿Y eso a mí qué?».

En realidad no es que me jacte o presuma de serlo, sino que este suceso de mi vida me fue muy significativo para comprender mejor el funcionamiento del cerebro humano y el impacto que el lenguaje tiene en él y en el alcance de metas.

Primero conocí la palabra escotoma (del griego, que en español significa ceguera), fenómeno que nos afecta siempre pues no vemos todo «lo que está», sino aquello que resulta importante para nuestro cerebro. Esto gracias a nuestro sistema de activación reticular (S.A.R.) que filtra lo importante, aquello en lo que nuestro cerebro se enfoca que no es más que en aquello que nos decimos.

Esto nos lleva al principio «Encerrar adentro, encerrar afuera». Si solo parte de la información de la realidad pasa a nuestro cerebro quedando «atrapada o encerrada» en él, quiere decir que hay información que queda «atrapada o encerrada» afuera. El peligro de esto es que es probable que esa información «encerrada» afuera puede estar llena de oportunidades y posibilidades.

El S.A.R. filtra y deja pasar lo importante que no es más que lo que está relacionado con lo que te dices.

Dijo Miguel Ángel Ruiz, autor de «Los 4 acuerdos», «Sé impecable con tus palabras».

Abrazo,

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