BREVE, MUY BREVE

«Menos es más», no sé quién lo dijo, pero es una frase que he escuchado frecuentemente. A veces cuestiono la veracidad práctica de algunas de ellas, de estas frases.

No siempre tienen aplicación práctica, sin embargo, no es el caso de esta frase, al menos, no todas las veces. He tenido experiencias que me ayudaron a comprobar en muchas ocasiones que esto es cierto, «menos es más».

Si recuerdan, algunas vez publiqué algo sobre el tema de los hábitos de comportamiento y cómo, para vencer la carencia de la voluntad y la motivación para adquirir alguno, un buen consejo es empezar con poco (mini hábitos). Lo importante no es la cantidad de lo que se haga cada vez, sino la frecuencia. Siempre será mejor «poco todos los días» que «mucho muy pocas veces». La clave está en la repetición.

Sin embargo, no quiero hablar de cómo «menos es más» para adquirir buenos hábitos de comportamiento sino cómo esto también resulta práctico para los jefes en las empresas.

La conversación con cada uno de los colaboradores del equipo es una actividad fundamental del jefe. Recuerden que el jefe no es el que hace el trabajo, sino el que lo orquesta dando instrucciones, capacitando – entrenando, motivando, en fin, desarrollando el potencial de los miembros de su equipo y aumentando su compromiso.

En todo este proceso, «menos es más» ¿Qué será mejor? ¿Platicar 3 horas con cada colaborador una vez al mes o platicar diario con cada colaborador solo 3 minutos? De nuevo, lo importante no es la cantidad sino la frecuencia.

Hay estudios que demuestran cómo, una de las quejas más frecuentes de los colaboradores en las empresas, es que nadie, ni siquiera el jefe, platica con ellos para revisar su desempeño, sus opciones de crecimiento, conocer sus inquietudes y temores o para recibir retroalimentación.

El coaching es un término que hoy se relaciona con el entrenamiento y la asesoría, aunque originalmente, la palabra «coach» quería decir transporte. Tiene que ver con ayudar a otro a pasar de una situación actual que no le gusta o una situación futura deseada.

Ser coach es algo que le vendría bien a muchos jefes.

Mamoru Itoh es el autor de un libro llamado «Coaching en tres minutos». Su propuesta es que las conversaciones de coaching que un jefe sostenga con cada colaborador no tengan una hora específica dentro de la agenda diaria y, por otra parte, sean tan breves como 3 minutos.

Se necesitan dos «tipos de tiempo» que el jefe necesita determinar:

1) Tiempo para pensar en los empleados que le reportan directamente ¿Qué no conozco de ellos? ¿Qué necesitan? ¿Cómo puedo ayudar a cada uno?

2) Tiempo para sostener conversaciones breves y relevantes

Me parece que este enfoque tiene algunas ideas importantes a considerar en las conversaciones breves de coaching que un jefe tenga con cada colaborador y que me gustaría compartir:

a) El trabajo real lo hace la gente y ésta no se comporta de acuerdo con lo planeado todas las veces

b) Más importante que lo dicho, es la acción de reservar 3 minutos para alguien, pues esto le comunica que es importante

c) Averigua qué es lo que desconoces respecto de tus empleados e investígalo, eso es valorarlos y cuidarlos

d) No es la conversación misma, sino la autoconversación que le sigue la que decide la forma de actuar de una persona

e) Hay un abismo entre las ideas, los planes y la acción; si los empleados se limitaran a hacer lo que se les indica, no habría necesidad de tener gerentes

f) La velocidad de una organización es directamente proporcional a la autonomía de sus empleados

g) La principal razón del lento crecimiento organizacional es la comunicación lenta entre gerente y colaboradores

h) Los gerentes exitosos no solucionan los problemas de sus empleados, hacen lo posible para que los empleados puedan resolver sus propios problemas

i) La mayoría de los problemas puede solucionarse con la sola ayuda de la comunicación

j) Una lista de cosas por hacer debe ir acompañada de una lista de cosas que no se harán

¿Cómo iniciar una conversación de 3 minutos con un colaborador? Simple, realizando preguntas. No preguntas cuyas respuestas sean «binarias», es decir, «Sí» o «No», sino preguntas abiertas que inviten a la persona a reflexionar en ese momento y posteriormente durante el día. Algunas buenas preguntas pueden ser:

* ¿Cómo está tu agenda el día de hoy? ¿Me la explicas?

* ¿Qué piensas sobre la visión y misión de la empresa?

* ¿Qué piensas sobre tus propias habilidades comerciales?

* Si te sientes estresado ¿Me podrías decir cuáles son las causas?

* ¿Qué podrías hacer diferente para que tus resultados sean mucho mejores?

* ¿Qué problemas enfrentas al usar los recursos que hoy tienes para realizar tu trabajo?

Tres minutos son pocos para conversar por lo tanto no podemos tener una conversación ociosa, es bueno hacer preguntas directas y específicas.

En fin «menos es más» y, sin duda, esto aplicado a la labor de quienes realizan la labor de jefes al practicar el coaching, derivará en resultados extraordinarios para la empresa y de mucha realización para los colaboradores.

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