NUESTRA MEJOR HERRAMIENTA

Esta mañana cuando me levanté, inicié, como todos los días, mi rutina: Tender mi cama, cambiarme de ropa para hacer ejercicio (montarme en mi bici estacionaria por 30 minutos, …), darme un baño, cambiarme de ropa, desayunar, prepararme un café, sentarme frente a mi computadora, etc.

En esta ocasión, y no es la única vez, experimenté cierta pesadez para iniciar dicha rutina.

Cuando esto me sucede, repaso en mi mente lo que leí en el libro de «Principles» de Ray Dalio, cuando habla sobre cómo su negocio y las relaciones en su equipo de trabajo mejoraron cuando entendió el funcionamiento básico del cerebro humano.

Algo que Dalio nos dice particularmente es: «Elige bien tus hábitos; el hábito es la más poderosa herramienta en la caja de herramientas de tu cerebro».

El hábito es dirigido por una parte de tu mente subconsciente que es llamada ganglio basal. Éste toma control de tu corteza cerebral (tu mente consciente), de tal manera que puedas ejecutar actividades incluso sin pensar en ellas. Por eso podemos manejar mientras platicamos con quien nos acompaña o andar en bicicleta mientras estamos pendientes del tráfico.

Casi cualquier cosa que realices frecuentemente por un período de tiempo determinado formará un hábito que te controlará.

Un hábito se crea mediante un ciclo:

1. Primero hay un disparador o momento crucial: Son eventos del entorno o internos (una emoción, pensamiento, etc.) que elevan la tentación de hacer algo; para un fumador puede ser al terminar de comer a medio día, por ejemplo

2. Al disparador le sigue una rutina: Una acción física o mental o emocional; fumar, en el ejemplo que estoy usando

3. Sigue una recompensa: Algo que le dice a tu cerebro que «vale la pena recordarlo para el futuro»; la sensación de ligereza después de la comida después de fumar, por ejemplo

Como «valió la pena», el cerebro recuerda que «después de comer» es un buen momento para fumar, así espera de nuevo a que se dé el disparador y, cuando se da, se repite el ciclo y, justamente la repetición de éste, termina por formar el hábito.

Así se han formado los hábitos buenos y malos en tu vida.

Por otra parte, para dejar un mal hábito o para adquirir uno bueno, vale la pena pensar en las consecuencias de segundo o tercer orden o nivel; me refiero al futuro más allá del que es inmediato.

Los seres humanos tendemos a llenar nuestra mente con el momento presente, ignorando así, lo que nos pasará en el futuro más lejano.

A veces las consecuencias inmediatas pueden resultar desagradables, sin embargo, las consecuencias de mediano y largo plazo pueden ser extraordinarias; por ejemplo, las consecuencias inmediatas de hacer ejercicio pueden ser desagradables (cansancio, sudoración, esfuerzo requerido, dolor, etc.) pero si pensamos en el futuro que está más adelante que el momento presente podríamos motivarnos pues las consecuencias son positivas (mejor estado general de salud, mayores probabilidades de una vejez sana, etc.).

También puede ser al revés, es decir, aunque las consecuencias inmediatas pueden ser placenteras, las de mediano y largo plazo pueden ser desastrosas; por ejemplo, el gastar descontroladamente nuestro dinero puede tener consecuencias agradables (tener bienes materiales innecesarios, ir a «buenos» lugares frecuentemente, etc.), pero en el futuro más lejano, si seguimos gastando así, las consecuencias pueden ser desastrosas (falta de libertad financiera, una vejez empobrecida, etc.).

Los buenos hábitos te pueden llevar a lograr lo que quieres conscientemente, mientras que los malos hábitos son los controlados por tu mente subconsciente y se interponen en tu camino de lograr lo que quieres, igual, conscientemente.

Pensar en las consecuencias de segundo y tercer orden pueden aumentar nuestra motivación para cambiar nuestros hábitos e impulsarnos a repetir el «ciclo del hábito» a nuestro favor: Disparador (crea uno) + Rutina (acción) + Recompensa (que le recuerde al cerebro que «valió la pena» = consecuencias de segundo y tercer orden).

Estoy de acuerdo, los hábitos son nuestra mejor herramienta mental.

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