GERENTE DE MÍ

Ayer estuve dando un taller sobre liderazgo en una muy productiva sesión para una empresa del sector aero espacial, cliente de mi compañía.

Fue una jornada en que pudimos compartir al grupo herramientas muy poderosas de liderazgo que habiliten a los jefes de este negocio básicamente a realizar 3 tareas:

1) Inspirar: Hacer que las personas hagan más de lo que creen de ellos mismos
2) Desarrollar el potencial de los colaboradores: Ayudarlos a pasar de ser principiantes a expertos en sus principales tareas
3) Incrementar el compromiso (engagement) de cada persona: Hacer que se pongan la camiseta (lo cual ha sido demostrado, gracias a las investigaciones de Gallup International, que mejora los resultados de la organización)

La sesión fue enriquecida por preguntas muy interesantes de jefes que, en casos específicos, no sabían cómo proceder en el manejo de su equipo de trabajo (no aspectos técnicos, sino humanos: Diálogo o pensamiento negativo, falta de motivación, asignación de tareas retadoras, rol de la víctima, comportamientos improductivos, etc.); lo cual puso de manifiesto que sus principales problemas son de factor humano.

William Glasser, médico, psicólogo y escritor, dijo: «Los temas no humanísticos tales como las estadísticas, los diagramas de flujo, las finanzas o la alta tecnología son esenciales para administrar una empresa exitosa, pero las empresas no quiebran por falta de ese conocimiento tecnológico, su fracaso tiene que ver con las personas. Las compañías que quiebran parecen incapaces de aprender que las personas no operan con efectividad, no por ser incompetentes en los aspectos técnicos de sus tareas, sino por la forma en que son tratadas por los demás y cómo ellas tratan a los demás».

En mi trabajo con jefes de decenas de organizaciones, he encontrado a muchos que se encuentran técnicamente muy bien preparados, pero mal preparados para gestionar seres humanos, siendo estos la fuente de la mayor parte de problemas.

Por último quiero poner dos ideas sobre este tema que creo que pueden complementar lo que he escrito hasta aquí. Las ideas las tomé de un artículo que leí llamado «Liderazgo que gestiona» escrito por Dee Hock (fundador de Visa International). Hock nos dice dos cosas que me parecen muy interesantes:

a) «El líder supone al seguidor. El seguidor supone capacidad de elección. Alguien que es coercionado a los propósitos, objetivos o preferencias de otro, no es un seguidor en el verdadero sentido de la palabra, sino un objeto de manipulación. El que ambos acepten el dominio y la coerción no altera sustancialmente la relación. El liderazgo y el seguimiento verdaderos suponen la libertad perpetua tanto del líder como del seguidor para servir la relación y seguir un camino distinto. Un verdadero líder no puede estar obligado a liderar. Un verdadero seguidor no puede estar obligado a seguir a otro. Desde el momento en que estén obligados, dejan de ser líder y seguidor. Los términos líder y seguidor, implican la libertad y la independencia de juicio de ambos. Si la conducta de cualquiera de ellos es obligada, sea por fuerza, por necesidad económica o por arreglo contractual, la relación deviene una de superior-subordinado, gerente-empleado, amo-siervo, dueño-esclavo. Todas estas relaciones son sustancialmente diferentes de la relación líder-seguidor»

b) «La primera y principal responsabilidad de cualquiera que pretenda gerenciar es gerenciarse a sí mismo. Gerenciar su propia integridad, su carácter, su ética, su conocimiento, su sabiduría, su temperamento, sus palabras, sus actos. Esta es una tarea compleja, interminable, increíblemente difícil y muy poco reconocida. La gerencia de sí mismo es algo en lo que dedicamos muy poco tiempo y en lo que escasamente logramos resultados destacables porque se trata de algo mucho más difícil que el mero determinar y controlar la conducta de otros. Sin gerenciarse a sí mismo nadie está en condiciones de ejercer la autoridad, no importa cuanta autoridad le sea conferida».

No olvidemos que somos personas y que, si voy a gerenciar a otros, debo primero ser gerente de mí mismo. Esto nos haría mejores jefes para los demás. Por ello el desarrollo humano están importante en todos los aspectos de la vida, incluida la vida laboral y, muchas veces, este desarrollo ha sido ignorado.

Abrazo,

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