PROPIOCEPCIÓN

¡¡¿¿Qué es eso??!!

No lo sabía y no había escuchado de este término jamás.

Aunque he leído sobre el cerebro humano desconocía esta capacidad. La propiocepción es la capacidad cerebral, específicamente de nuestro cerebelo, de conocer todo el tiempo, de manera subconsciente, la posición exacta que tiene cada una de las partes de nuestro cuerpo en todo momento.

Dicho de otro modo, las articulaciones y músculos envían órdenes al cerebro sobre la posición que guardan cada uno de ellos y, el “sistema propioceptivo” en nuestra cabeza, las procesa.

Este sistema decide si es necesario reaccionar de manera inmediata activando otros grupos musculares para evitar lesiones, una caída, etc.

Como he dicho anteriormente, el cerebro es increíble.

La propiocepción es un proceso automático y subconsciente, no es algo que yo pueda hacer a voluntad.

Cuando supe de este concepto, tuve la fantasía de ser un cerebelo, tener la capacidad de saber dónde está todo en todo momento para saber cómo reaccionar.

¿Has imaginado lo que sería tener dicha capacidad? Tener todo bajo control para saber qué puedo hacer en cualquier momento y evitar “caídas y lesiones” u obtener lo que deseo.

Por supuesto, no es posible, pero pareciera que muchas personas albergan ese profundo deseo.

Hace años, dando mis servicios de consultoría y coaching a una empresa de la Ciudad de México, uno de sus ejecutivos me dijo “Estoy agotado, por más que trato de controlarlo todo y contenerlo para que las cosas no se salgan de su cauce, no puedo” y, simplemente, le respondí “Es cansado tratar de ser el capitán del mundo”.

Aunque nos jactemos de comprenderlo, el mundo es extremadamente completo y, los mayores problemas, están relacionados no con lo que vemos sino con lo que no vemos.

Para poder “navegar” en el mundo los humanos hemos creado conceptos y modelos que nos permitan, al menos, comprender una parte de él, sin embargo, no nos es posible comprenderlo en su totalidad.

¿Quién habría pensado que a inicios del pasado 2020 seríamos sorprendidos por una pandemia como la del COVID 19? Y eso que ya habíamos tenido otras anteriormente como el SARS, el ébola, el VIH, etc. y, además, habíamos sido advertidos por los expertos de que algo así vendría.

Como lo dije en algún artículo anterior, a la complejidad propia de la realidad, se suma el ritmo de cambio acelerado que hemos provocado nosotros mismos como sociedad.

Nassim Taleb, en su libro “El cisne negro”, nos dice que los humanos nos hemos jactado de comprender al mundo como es, sin embargo, es una falsa pretensión. No podemos entenderlo en su inmensa complejidad.

Recuerden que solo percibimos una parte de la realidad pues, como ningún otro ser vivo, los humanos tampoco podemos reproducirla tal cual es, no tenemos los mecanismos para hacerlo; a lo que habría que agregar que lo que percibimos de la realidad, a su vez, está influenciado por lo que nos contamos.

Cuando alguien me dice “Quiero alcanzar mi meta pero no lo consigo, he hecho muchas cosas para ello, pero me encuentro desesperado, ya no sé qué hacer”, les recuerdo la multicitada fórmula de la que he hablado un sinnúmero de veces:

R = CR – DA, donde R es el resultado que obtenemos, CR, nuestra capacidad de respuesta determinada por las acciones que podemos emprender o dejar de hacer y, finalmente, DA que no es otra cosa que lo que no podemos controlar, es decir, el mundo y su complejidad.

R es condicionada pues depende de CR y DA, DA es incontrolable, mientras que CR es incondicional ya que no tiene ninguna dependencia que no sea yo.

Sin embargo, a pesar de la complejidad del mundo, hay algunas cosas que permanecen vigentes y siguen siendo herramientas aplicables a esta “nueva realidad cada vez más intrincada”.

Algunas ideas:

  • Lo primero es no olvidar que no podemos controlarlo todo
  • Somos seres lingüísticos y el lenguaje tiene un enorme impacto en la manera en que percibimos la realidad y cómo reaccionamos ante ella, así que, una buena recomendación es controlar nuestros pensamientos
  • Además, no es que el mundo sea un lugar limitado, sino que lo limitado son los marcos mentales de las personas que dejan de ver opciones para alcanzar lo que desean y esto ocurre mediante el lenguaje
  • En la famosa fórmula R = CR – DA, CR, es decir, la capacidad de respuesta es la única variable que podemos controlar y depende solo de mí
  • La concentración y no la dispersión me permite aumentar la probabilidad de éxito; concentrarse en “una sola cosa” a la vez será más productivo; dicen que el éxito no es simultáneo sino lineal
  • Aprender es aumentar nuestra capacidad de respuesta para obtener lo que deseamos
  • Nos guste o no, el éxito, además de tener que ver con el talento y el esfuerzo, también está relacionado con la suerte
  • Una de las mayores causas del sufrimiento está relacionada con que las cosas sean como yo quiero que sean
  • La inteligencia no es estática como la del sabelotodo (mentalidad fija), sino dinámica como la del aprendiz (mentalidad de crecimiento)
  • Obtener resultados exitosos, requiere entender que el fracaso es una parte muy probable del proceso
  • Ninguno de nosotros obtenemos éxito (o fracaso) solos
  • Hacer y repetir afirmaciones de lo que deseamos en el futuro como si ya estuviera pasando en el presente, ensancha nuestra percepción del mundo para encontrar maneras de alcanzarlo

En fin, que controlarlo todo es una distorsión cognitiva, pues no es posible; la propiocepción es una función de la mente subconsciente y ni siquiera ella puede garantizar que no me pase nada.

No seas el capitán del mundo, no es posible, sino, ardua y pacientemente, enfócate en aumentar tu capacidad de respuesta por medio de las lecciones aprendidas del proceso de obtener lo que deseas, al final, lo obtendrás (o quizás no, pero así es la vida) aumentando tu probabilidad de lograrlo.

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