POSVERDAD

Recientemente estuve trabajando con un excelente grupo de ejecutivos de una empresa realizando con ellos un ejercicio de claridad estratégica.

Ya sea grupalmente o en lo individual estuve reforzando con ellos que los seres humanos somos seres lingüísticos.

Ante el asombro de los participantes dije que el ejercicio estratégico que estábamos realizando tendría por resultado la creación de “un cuento” y que, si lo repetimos una y otra vez, se convertiría en “la verdad” mental que nuestros cerebros perseguirán.

No en vano decimos que las empresas y organizaciones de todo tipo, son sistemas lingüísticos (incluso las principales barreras de las mismas, son lingüísticas)

Si me han seguido en mis diferentes publicaciones, sabrán de mi convencimiento de que somos seres superiores a otras especies animales gracias al lenguaje increíble que poseemos y la manera en que lo usamos.

Por otra parte, nos dicen recientemente que vivimos en una era de “Posverdad”, que estamos llenos de mentiras y ficciones (cuentos).

¿No se ha convertido en algo común el término “Fake news” (Noticia falsa)?

Solemos relacionar este término a los años más recientes pero, en realidad, estas ficciones pueden encontrarse a lo largo de la historia de la humanidad e, incluso, desde el propio origen de nuestra especie, aunque algunos de nosotros las asociemos como producto de las redes sociales o de algunos regímenes políticos.

Usando ficciones es como hemos podido unirnos los seres humanos para progresar y, lamentablemente en algunos casos, para justificar acciones poco “morales” como la invasión de países o las guerras.

Aunque seamos poco conscientes de ello las ideologías, la política, el dinero y las empresas, por mencionar algunas, no son más que ficciones, es decir, inventos que nos han ayudado a organizarnos y a cooperar y, en otros casos, a destruirnos.

La ficción humana es una de las herramientas más eficaces de nuestra especie y que ninguna otra es capaz de utilizar.

Existen muchos ejemplos de ello:

  • El senado romano afirmaba tener el poder de convertir a los hombres en dioses y, por lo tanto, esperaba que los súbditos del imperio los adorara
  • En 1931 los japoneses escenificaron ataques simulados sobre sí mismos para justificar su invasión a China
  • La misma China niega desde hace tiempo que el Tíbet jamás haya existido como país independiente
  • En el 2014 los rusos negaron que ellos invadieron Ucrania sino que se trataba de grupos de autodefensa espontáneos usando equipo militar “parecido” al ruso (ellos mismos sabían que estaban mintiendo); para muchos rusos constituye una mentira que Ucrania sea una nación distinta de Rusia
  • El asentamiento británico en Australia se justificó por la doctrina legal de “terra nillius” (tierra de nadie) que borró de tajo 50,000 años de historia aborigen
  • A principios del siglo XX los sionistas hablaban del retorno de “un pueblo sin tierra” (los judíos) a “una tierra sin pueblo” (Palestina) y sabemos lo que pasó; en 1969 Golda Meir, primera ministra de Israel, pronunció la frase de que “El pueblo palestino no existe y nunca existió”
  • Sectas religiosas, por medio de ficciones, han convencido a cientos de miles de personas de que ellas son su salvación, cometiendo abusos, atropellos y hasta asesinatos
  • Muchos de los libros sagrados de diversas religiones (la Biblia, el Corán, el Talmud, el Libro Mormón, los Vedas, etc.) están llenos de relatos ficticios (carecemos de toda prueba empírica de que Eva fuera tentada por la serpiente)
  • Recientemente la campaña política de Hillary Clinton del 2016 fue “manchada” con el relato de que ella encabezaba una red de tráfico infantil que retenía niños como esclavos sexuales en el sótano de una popular pizzería, incluso una persona se presentó armada en dicho negocio y exigió ver el sótano (el local no tenía sótano)

En fin cuentos, cuentos y más cuentos.

Ojo, no estoy diciendo que las ficciones sean malas por naturaleza, muchas de ellas nos han sido útiles para progresar, como dije antes.

Lo que estoy diciendo es que la posverdad que vivimos “ahora” es, en realidad, parte de nuestra historia. El homo sapiens es una especie de posverdad, dado que la forma en que ha progresado, ha sido gracias a que tenemos la capacidad de invertar ficciones (aunque algunas de ellas nos han hecho un terrible daño, solo piensa en la ideología Nazi).

Los expertos en lenguaje nos dicen que la “objetividad” no existe, por el contrario, se trata de “intersubjetividad”. Es decir que una “mesa” no es una “mesa” porque lo sea, sino porque le pusimos ese nombre y lo mismo pasa con el “sol” y con los “lunes”. Todo es inventado por medio del lenguaje. A todo le ponemos nombre por eso lo “Vemos”.

No hablamos de lo que vemos, sino que vemos aquello de lo que podemos hablar.

Cuando vemos un billete de 500 pesos, no somos conscientes de que es un pedazo de papel sin ningún valor, pero como nos contamos “Para los demás es valioso”, entonces, decimos “¡Lo quiero!”. El dinero es sólo una convención humana (lo mismo que todo lo relacionado a él como los conceptos de rendimiento, interés compuesto, mercado de dinero, mercado de capitales, bolsa de valores, etc.)

Para bien o para mal, funciona.

Joseph Goebbels, ministro de propaganda del régimen Nazi, decía “Una mentira contada una vez, sigue siendo una mentira, pero contada mil veces se convierte en una verdad”. Y Hitler sostenía “La más brillante propaganda no producirá ningún éxito a menos que se tenga presente un principio fundamental: debe limitarse a unos pocos puntos y debe repetirlos una y otra vez”.

Un principio, por cierto, utilizado por muchas marcas comerciales para convencernos de que beber refresco tiene que ver con salud y jovialidad en lugar de obesidad y diabetes, o que beber agua pura (sin minerales) es fuente de bienestar y no de cansancio crónico o celulitis.

Podemos ver ficciones creadas por todos lados, ideologías, dinero, leyes, etc.

Pensemos en el futbol soccer. En realidad, como todos los deportes, se trata de un invento. Este juego se ejecuta de acuerdo a ciertas reglas inventadas ¿Por qué gana el equipo que mete más goles en un juego? ¿Por qué el juego dura 90 minutos? ¿Por qué un delantero que al momento de recibir un pase y se encuentra entre los defensas y el portero está en “posición adelantada” o “fuera de lugar”? ¿Por qué tocar el balón con la mano dentro del área “grande” es un penalty?

Todo es inventado aunque, claro, durante el transcurso del juego, se nos olvide.

En el terreno de los negocios, las empresas (otra ficción), unen a la gente de manera productiva para lograr un fin, aunque son una convención humana. Otro ejemplo más de cómo las ficciones determinan comportamientos y resultados.

¿Ahora lo ves?

Todo lo inventamos y a todo le ponemos nombre.

Somos una especia animal de posverdad, no es que la posverdad “nos alcanzó”, siempre hemos existido gracias a ella, porque somos capaces de inventar ficciones.

Revisa tus ficciones, tus cuentos y no olvides que lo son. Analiza ¿Te están ayudando a lograr lo que deseas? ¿No? ¡Cámbialos!

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