OTRA PENDEJADA

Hace tiempo recibí la llamada de una ejecutiva de recursos humanos y administración de una compañía. Ella me conocía por haber trabajado para otra compañía que fue objeto de nuestro programa de mejora de resultados por medio de la transformación del factor humano, las relaciones interpersonales y la formación de mandos de clase mundial.

En medio de una dificultad tuvo la idea de que yo podía ayudarla. Se encontraba muy atribulada, preocupada y angustiada ¿La razón? Había cometido otro error en su trabajo, es decir, no era el primero (y, como le dije, no sería el último). Su jefe «arremetió» contra ella diciéndole «otra pendejada, una vez más».

Lamento mucho la forma usada por el jefe, nada justifica las palabras empleadas, sin embargo, puede entenderse su exasperación pues el error cometido por esta persona había sido sobre un tema «sensible» (como lo fueron los errores anteriores, según su jefe).

Mi propuesta no está orientada a dar aliento a la comisión de errores, pero sí, a la comprensión de que los errores son parte del proceso de crecimiento y que, aunque no son deseables, inevitablemente cometeremos algunos a lo largo del camino.

Las empresas exitosas son aquellas que crean culturas donde «está bien» cometer errores y, al mismo tiempo, es intolerable no aprender de ellos y, por otro lado, las personas exitosas se diferencian de las que no lo son porque, precisamente, pueden aceptar sus errores y reconocer sus debilidades y, simultáneamente, aprender de los primeros y solventar las segundas.

Nos han enseñado que los errores son intolerables, es decir, no «debemos» cometerlos y, sin embargo, son inevitables. Como dicen: «No se equivoca el que no hace nada». Lo que no debería permitirse es no aprender de los errores y no ver las debilidades para resolverlas.

Los errores son grandes maestros, aunque nos causen dolor.

Si ves al que eras tú hace un año y no entras en «shock» por el «estúpido» que fuiste, entonces no has aprendido mucho que digamos.

Se hizo un experimento con 400 niños de 5o. grado de primaria que fueron divididos en dos grupos. Y sucedió lo siguiente:

1) A todos se les puso un examen de inteligencia increíblemente simple, de tal forma, que todos obtuvieron excelentes resultados

2) Al primero grupo se le elogió por el resultado y su inteligencia: «Qué bien, eres muy inteligente y tu resultado lo demuestra»; mientras que al segundo grupo se le elogió por el esfuerzo: «Muy bien, has hecho un gran esfuerzo, felicidades»

3) A todos se les aplicaría un segundo examen pero, cada niño, podía elegir entre dos opciones, un examen igual de fácil que el primero («seguramente lo harás muy bien»), o bien, un examen mas difícil («será una gran oportunidad de crecimiento para ti y aprenderás mucho»); de los niños del primer grupo (elogiados por su inteligencia) 67% eligió el examen fácil, mientras que de los niños del segundo grupo (elogiados por su esfuerzo), 92% eligió el examen difícil; esto se entiende pues los niños del primer grupo comenzaron a decirse «Si me admiras por mi buen resultado, más vale que siga teniéndolos, así que mejor elijo la opción fácil y no cometo errores» entrando así en lo que los expertos llaman «mentalidad fija» donde lo importante no es aprender y desarrollarse, sino el resultado, así que las personas comienzan a tomar pocos riesgos y a evitar cometer errores; por otro lado, los del segundo grupo comenzaron a decirse «Se trata de mi esfuerzo, de las estrategias que puedo usar para obtener mejores y mejores resultados, a pesar de los errores», entrando en una «mentalidad de crecimiento», donde lo importante, por supuesto que son los resultados, pero mucho más el proceso de desarrollo y aprendizaje, donde los errores juegan un papel fundamental, ellos se dicen «Si cometo un error tú no pensarás que no soy talentoso, en realidad, si no tomo retos importantes constantemente, no voy a crecer»

4) Les dieron a todos los niños un examen increíblemente difícil; los niños del segundo grupo (elogiados por su esfuerzo) trabajaron más duro, por más tiempo y lo disfrutaron; los del primer grupo (elogiados por su inteligencia) se frustraron y renunciaron rápidamente

5) Les dieron a todos los niños un examen tan fácil como el primero, los niños del primer grupo (elogiados por su inteligencia) bajaron su calificación promedio 20%, mientras que los niños del segundo grupo (elogiados por su esfuerzo) subieron su calificación promedio 30%

La mentalidad fija se orienta al resultado sin errores, no quiere retos grandes (para no fallar), ve «la inteligencia» como algo estático (no como algo dinámico y en desarrollo), culpa a otros cuando las cosas no salen bien, no acepta los errores o sufre hasta el auto castigo por ellos.

La mentalidad de crecimiento entiende la vida como un proceso de desarrollo donde hay aciertos y fracasos, aprende de los errores, acepta los retos, asume su responsabilidad, no se «auto flagela» cuando tiene fallas.

¿Qué puede hacer un jefe u organización para generar una mentalidad de crecimiento (como cultura)?

* Establecer un ambiente donde de manera «segura» se permita cometer errores (nunca a costa de grandes costos o la vida misma)

* Establecer un ambiente de seguridad emocional, que permita a las personas «arriesgarse», sabiendo que si fallan no habrá represalias o castigos

* Asegurar un proceso de aprendizaje cada vez que se tenga un éxito o un fracaso ¿Qué hicimos bien y qué hicimos mal?

* Gestionar a las personas por sus talentos naturales y no por competencias (finalmente éstas se pueden entrenar); a veces los errores se cometen por falta de motivación por la tarea (nadie puede hacer un buen trabajo si no tiene un buen trabajo que hacer)

* Crear una cultura de aprendizaje donde decir «no sé» o «me equivoqué» sea una respuesta aceptable, siempre y cuando se aprenda

¿Qué pueden hacer las personas para obtener una mentalidad de crecimiento?

* Desarrollar una auto estima sana

* Entender que todas las personas cometemos errores y que es inaceptable no aprender de ellos

* Descubrir cuáles son sus talentos naturales (en qué soy bueno, me apasiona y por lo que me pueden pagar) y alinear su plan profesional con ellos

* Si hay tareas en las que no tengo competencias, buscar capacitación y entrenamiento práctico para desarrollarlas

Cometer errores es inevitable, no aprender de ellos, inaceptable.

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