HECHOS VS. PENSAMIENTOS

He estado haciendo un «experimento» recientemente con algunas personas con las que he estado trabajando en estos días.

Es muy simple, les digo «si en este momento vieras afuera de tu oficina o tu casa y observas el sol en lo alto y te dices ‘salió el sol’ ¿Es un pensamiento o un hecho?» Hasta este momento en el 100% de los casos, la gente me ha dicho, sin dudar, «¡Es un hecho!»

¿Qué opinas tú? Es probable que, como la mayoría de la gente, creas igual, que pensar «Salió el sol» cuando ves el sol en lo alto del cielo, sea un hecho, sin embargo, no, no lo es.

Si ves el sol en el cielo y PIENSAS «Salió el sol», ya no es el hecho sino un pensamiento.

Para algunos esto causa extrañeza pues insisten que no, que no es así. No estoy diciendo que el pensamiento de que «salió el sol» sea falso, lo que quiero decir es que, no hay de otra, si lo piensas, evidentemente, ya es un pensamiento, verdadero, pero un pensamiento al fin.

Por las mañanas durante mi ejercicio diario, hago algo de meditación escuchando algunos audios. Uno de estos dice «Los pensamientos NO son los hechos, son pensamientos».

Digamos entonces que existen dos tipos de pensamiento:

* Las observaciones (o afirmaciones): Son pensamientos verdaderos o falsos, atestiguables por otros observadores, basados en evidencias (hechos), experimentables y no dependen de la persona que las expresa. Algunos ejemplos son: «Salió el sol», «Es de noche», «Vendimos 10,000», «Llegaste 10 minutos después de la hora acordada», etc. Todos estos ejemplos son, dichos verbalmente o no dichos, pensamientos del tipo observaciones que pueden ser verdad o falsedad.

* Las opiniones(o juicios): Son pensamientos que jamás serán verdaderos o falsos por sí mismos (aunque algunas opiniones puedan resultar «verdaderas» después de ser cuestionadas), pues están basados, a partir de un hecho que los dispara, en la realidad interna de cada persona, por lo tanto las opiniones pueden ser válidas o inválidas (dependiendo de la autoridad que demos o que tenga quien la expresa, o bien, la manera en que se expresen), basadas en un proceso de razonamiento lógico (cómo llegaste a esa conclusión), SIEMPRE son propiedad de la persona que la expresa y otros observadores pueden o no estar de acuerdo con ellas. Algunos ejemplos son: «¡Qué bonito día!», «Es una noche fría», «Nuestras ventas son excelentes», «Eres un irresponsable». Todos estos ejemplos, son opiniones, no verdaderas ni falsas, sino válidas o inválidas.

Con las observaciones no hay mucho que hacer. Dada su naturaleza de ser atestiguables, sabemos si son verdad o falsedad. El principal problema se da cuando pensamos o expresamos nuestras opiniones, pues solemos hacerlo considerando, sin cuestionarlas, como si fueran la verdad indiscutible, es decir, como si fueran observaciones verdaderas.

Si llegamos a expresar una opinión, valdría la pena, hacerlo productivamente. Sabiendo que jamás serán verdad o falsedad, podemos expresarlas mucho mejor, protegiendo la integridad de la otra persona, nuestra relación con el otro y aportando a que una tarea se haga mejor.

Una opinión efectivamente expresada tiene algunas «reglas» para hacerla más válida:

1) Se expresa con propiedad, es decir, en primera persona («Yo creo», «Yo opino», «Yo supongo»)

2) Hacer explícito que no es la verdad sino nuestra opinión («…y puedo estar equivocado…», «…y es solo mi interpretación…»)

3) Agregar uno o varios de estos: Observaciones verdaderas, ejemplos, supuestos de los que se esté consciente, procesos de razonamiento lógico y/o sugerencias de mejora; esto fundará nuestra opinión, expresaremos junto con ella los elementos que la fundan, que le dan bases, no para hacerla verdad, sino para hacerla válida.

Finalmente, por otra parte, nuestros pensamientos del tipo opinión, conviene que sean cuestionados y no considerarlos como verdad a la primera. No existe nada peor en el mundo que un pensamiento (opinión – juicio) no cuestionado.

Preguntarnos si son verdad, investigar su biografía (su historia) y buscar evidencia que compruebe lo contrario a nuestra opinión, pueden ser buenas prácticas, para cuestionarlas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *