“La actitud de los colaboradores es un reflejo del liderazgo. La actitud del líder con sus seguidores, define la actitud de los seguidores con el líder”. Steve Farber
Fredy Kofman, en su libro “Empresa Consciente”, cita un estudio donde Warren Bennis y Burt Nanus descubrieron que menos del 25% de las personas en posiciones laborales reconocieron estar trabajando a su máximo potencial. De hecho, la mitad admitió estar haciendo el esfuerzo necesario solamente para conservar su trabajo.
Más adelante, cita los estudios de Gallup sobre efectividad organizacional, llevados a cabo durante más de 20 años, enfocados en una sola pregunta: ¿Qué necesitan los empleados más talentosos de la empresa donde trabajan?. Después de entrevistar a más de un millón de personas, de varios países e industrias, encontraron que “Los empleados talentosos necesitan directivos excelentes. Un empleado talentoso puede sumarse a una compañía por sus líderes carismáticos, sus beneficios generosos, y sus programas de entrenamiento de categoría mundial, pero el tipo de relación que tenga con su supervisor inmediato será lo que determine cuánto tiempo permanecerá en esa compañía y cuál será su nivel de productividad durante ese período.
En el mismo estudio, descubrieron que en las empresas el 30% de las personas están comprometidas con la organización, 50% de los empleados no están comprometidos y, finalmente, 20% está activamente no comprometido. Los empleados comprometidos son más productivos, generan opciones y buscan nuevas maneras de hacer las cosas. Están orgullosos de la empresa a la que pertenecen, y son los que dirigen el crecimiento de la organización. Los no comprometidos son quienes no hacen más que lo necesario para no ser despedidos, van a trabajar y hacen sólo lo indispensable, su mayor ambición es conservar su empleo. Los activamente no comprometidos son personas que hablan mal de la organización, no están de acuerdo con lo que la empresa hace, y si pueden, boicotean o sabotean las iniciativas de quienes quieren llevar a la empresa a otro nivel.
En las empresas que tienen resultados por arriba del promedio, los porcentajes cambian. En ellas, el 63% están comprometidos, 29% no están comprometidos, y solamente el 8% está activamente no comprometido. No es casualidad que los resultados de éstas organizaciones destaquen en el mercado en el que participan, y se vea reflejado el compromiso de sus colaboradores en su nivel de ventas, satisfacción de sus clientes, crecimiento, utilidad y valor de sus acciones.
Ahora adivine cuál es el factor que marca la diferencia entre las empresas que tienen un 30% y las que tienen un 63% de empleados comprometidos. El descubrimiento de Gallup es que la diferencia la marca el jefe directo, y los doce comportamientos que hacen que contesten contundentemente sí a las doce preguntas que usted se acaba de hacer sobre sus colaboradores.
Un proceso exitoso de liderazgo no sólo se enfoca en la persona que está a cargo de un grupo de personas o equipo: también se involucran a los colaboradores. Para que el Director, Gerente, Jefe ó Supervisor se desarrolle y se convierta realmente en un líder reconocido por su personal, necesita desarrollar a sus colaboradores, y crear un ambiente que les facilite desplegar su potencial. El líder consigue que saquen provecho de sus talentos, les da la posibilidad de adquirir nuevas capacidades, les procura recursos que necesitan para hacer bien su trabajo, los motiva cuando hace falta confianza para superar los retos y, antes que nada, les entrega la mayor claridad sobre lo que se espera de ellos en el trabajo.
Al trabajar con lo anterior, alineando el proceso de liderazgo a indicadores de desempeño, el entusiasmo de colaboradores y líderes aumenta, generando empleados activamente más comprometidos con su desarrollo y el crecimiento de su organización.
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