
Cada vez que preguntaba a un buen amigo, que «¿Cómo andaba?», el respondía de manera muy particular, haciendo referencia a su «apretada» agenda: «Ando más movidito que tanga brasileira en tiempos de carnaval”.
Así andamos «a la corre y corre». Pareciera que el modelo mental de muchos de nosotros es que si no estamos acelerados no estamos siendo productivos.
Dice un proverbio ruso «El que persigue a dos conejos no agarra a ninguno».
Nuestra productividad es «asesinada» por el multitasking (hacer varias cosas a la vez) que, como dicen, “es la manera perfecta de hacer muchas cosas mal al mismo tiempo”
Gary Keller, autor del libro “The one thing”, nos dice que la productividad y, con ella, el éxito exponencial, se logra cuando nos enfocamos en lugar de dispersarnos. Una cosa a la vez.
Por otra parte, vale la pena discernir constantemente, si lo que hacemos es realmente importante pero no urgente. Solemos caer en el engaño cuando atendemos cosas que valoramos como urgentes pero no son importantes (estar en una junta en la que no deberíamos estar, atender una llamada que en el momento no es importante, etc.); además, es común, desperdiciar nuestro tiempo en cosas ni urgentes ni importantes (redes sociales, pláticas innecesarias, etc.) y dejamos de lado lo que verdaderamente importa.
Muchas de nuestras urgencias, o bien, son imprevistos (a todos nos puede pasar) o son cosas importantes que no atendimos a tiempo, de tal manera, que se convirtieron en urgencias. Estas son las importantes. Repentinamente podemos recibir un «wake up call» que nos dice que nuestra salud está en riesgo (y no darnos cuenta antes por no hacer un chequeo rutinario con el médico), o que nuestro carro está a punto de quedarse sin funcionar (y no prevenirlo por no haber ido a su revisión periódica), o que un hijo está metido en drogas (y no habernos dado cuenta por no pasar tiempo con él o ella) o tener problemas de flujo de efectivo en el negocio (y no anticiparlo por no revisar las cuentas por cobrar rutinariamente), etc.
Stephen Covey, escribe un gran libro llamado “Primero lo primero”, donde nos dice que en lugar de guiar nuestras acciones cotidianas por el reloj, deberíamos hacerlo por la brújula, es decir, que nuestras actividades semanales se orienten a cubrir lo que es importante pero no urgente. Divide el tiempo en 4 cuadrantes:
1) Lo urgente e importante, el cuadrante de la supervivencia (imprevistos, crisis), donde debemos pasar no más del 10% del tiempo
2) Lo importante no urgente, el cuadrante del liderazgo personal, donde debemos pasar el 90% del tiempo
3) Lo urgente, no importante, el cuadrante del engaño
4) Lo no importante ni urgente, el cuadrante de la improductividad total
La receta es la siguiente:
a) Conectarse con su propósito de vida
b) Listar sus roles (padre, esposo, gerente, profesionista, presidente de la sociedad de colonos, etc.)
c) Establecer metas de cuadrante 2 para cada rol para la semana con actividades para alcanzarlas (relacionadas con nuestras necesidades: Física – Vivir, Social – Amar, Mental – Aprender, Espiritual – Trascender)
d) Ser riguroso en el cumplimiento de dichas actividades
e) Hacer una evaluación de cumplimiento al final de la semana y repetir el proceso para la semana siguiente
¡Cuidado con el falso sentido de urgencia!
Abrazo,
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