
Uno y sus circunstancias
En internet encontré esto: Con la frase «Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo», aparecida en Meditaciones del Quijote, José Ortega y Gasset (filósofo, periodista, maestro y escritor madrileño) insiste en lo que está en torno al hombre, todo lo que lo rodea, no solo lo inmediato, sino lo remoto; no solo lo físico, sino lo histórico, lo espiritual.
Hace tiempo escuché a una chica decir «Yo no sería la mujer que ahora soy, fuerte, decidida, valiente, cariñosa, comprensiva, sino hubiera pasado por el infierno de las drogas».
Hace años mi hija me preguntó «Papá ¿Si pudieras regresar el tiempo a tus épocas de universitario estudiarías de nuevo lo que estudiaste (Licenciatura en Sistemas)?» y mi respuesta fue «¡Por supuesto que no! Pero si no hubiera estudiado lo que estudié, no estaría ahora donde estoy».
Hace años tuve un jefe «difícil» y hoy puedo agradecerle (a lo mejor él no se dio cuenta) porque por la convivencia con él, por 6 años, me hizo quien soy ahora (aprendí más de mí). También puedo agradecerle a mis jefes «fáciles».
En su famosa conferencia en Stanford, Steve Jobs (co fundador de Apple), se refería con la frase «Connecting dots» (Conectando puntos) a cómo su experiencia de tomar como oyente (nunca fue a la universidad oficialmente) una clase de diseño de fuentes tipógráficas le fue de gran ayuda en su diseño de la computadora Macintosh, su ambiente gráfico y hermosas tipografías; nunca sabemos cómo por lo que hemos pasado, lo bueno y lo malo, nos puede ayudar a ser lo que somos ahora.
Tengo dos años viviendo sólo; dolorosamente, me separé de mi esposa (ella tomó la decisión, yo no fui tan valiente como ella); hoy puedo ver cómo mis 25 años juntos más los dos sin ella, me han hecho lo que soy y le estoy agradecido.
Cuando mis hijos me dicen «¡Eres el mejor papá del mundo!», siempre pienso para mí mismo «¡Uy!», pero hoy sé que por mis virtudes y mis defectos (si han aprendido de ellos, de ambos), son los hermosos eres humanos que son, con sus grandes virtudes y sus pequeños defectos.
Nunca maldigas tus problemas, ni dejes de apreciar tus bonanzas, todo enseña si estás listo para aprender y capitalizar dicho aprendizaje.
En fin, yo agradezco a todas las personas (padres, hermanos, parejas, clientes, socios, hijos y con quienes he convivido) y mis circunstancias (de abundancia y escasez, no sólo materiales) de ayer, hoy y las que están por venir, porque seguirán enseñándome y formándome, haciéndome ahora y en el futuro, el que soy y el que seré.
¡Agradece lo bueno y lo malo, a personas y experiencias, pasadas, presentes y futuras! Porque nos han hecho lo que somos, con luces y obscuridades de las que podemos aprender.
Soy yo y mis circunstancias ¡Y ustedes también!
Abrazo,
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