MI EXPERIENCIA EN UN CENTRO PENITENCIARIO

Después de algunos días de descanso, regreso para contarles mi maravillosa experiencia de la semana pasada (30 de Julio a 3 de Agosto 2018).

Estuve en el centro penitenciario de las Islas Marías compartiendo unos talleres con internos y personal que trabaja allá.

El viaje fue agotador, el calor fue extenuante y la experiencia, significativa, mucho.

Si algo he estado dispersando es el mensaje de que «Nada tiene poder sobre mí a no ser aquel que yo le dé a través de mis pensamientos conscientes»; nunca fue tan patente y evidente como en esta ocasión.

Encontré internos y personal con un discurso de «No vale la pena…esto no tiene sentido…la culpa es de…no sirve y no sirvo para nada» y, por otra parte, lo contrario, gente con un discurso capacitante «Sí se puede…esto tiene sentido…fue mi decisión y asumo las consecuencias…vamos para adelante».

Recuerdo con afecto a Ernesto, un regiomontano de 53 años, preso desde hace mucho tiempo y encerrado en más de 5 centros penitenciarios en el país, hasta terminar en las islas. Ernesto me decía «Cometí un error y asumo las consecuencias, sin embargo, tenía dos caminos, hundirme o salir adelante, y decidí, salir adelante y aprovechar todo lo que la cárcel me brindaba…hoy soy técnico en computación, me titulé de abogado (para defenderme y reducir mi sentencia, lo cuál logré), sé cultivar tiburón bagre y muchas otras cosas, hoy soy machetero (nadie quiere machetear pero a mí me mantiene en forma)».

Están los casos de Jonathan y Edgar quienes, después de tener vidas delictivas complicadas, hoy se encuentran cerca de obtener su libertad con la honesta disposición de enmendar sus errores, enderezar el camino y rehacer sus vidas. Platiqué con ellos en sesiones uno a uno y me iluminaron.

Las Islas Marías están entre los 19 mejores centros penitenciarios del planeta gracias a sus buenas prácticas. Aunque parezca «raro», muchos presos consideran una bendición estar en las islas en lugar de cualquier otra prisión del país.

No quiero extenderme más en este discurso. Termino diciendo, conocí gente maravillosa, internos dispuestos a salir adelante, personal del centro dispuesto a ayudarlos a lograr su objetivo. Todo está en lo que ellos se dicen y creen, eso determina sus acciones y resultados.

Hay mucho por hacer y quiero colaborar en eso.

Piensa en tu propia vida, si hay personas en verdaderas dificultades y salen adelante ¿Qué no podrás lograr tú cuando tienes mucho a favor? ‘¡Cuida lo que te dices!

Abrazo a todos y, en especial, a mis queridos amigos de las Islas Marías

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