LOS ORNITORRINCOS Y LAS PARADOJAS

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Una paradoja es un dicho o hecho que parece contrario a la lógica.

Pues allá por los finales del siglo XVIII, los zoólogos clasificaban a los animales solo en dos categorías: Reptiles son los que ponen huevos y mamíferos son los que amamantan a sus crías. No había más.

Todo funcionaba a la perfección hasta el día en que, por la lejana Australia, apareció un ornitorrinco.

No sé si los conozcan. Es un animal maravilloso. Fue descubierto en 1798. Tiene pico de pato, su cuerpo es el de un castor, tiene 4 patas semejantes a las de los palmípedos (adaptadas para nadar con membranas interdigitales), sin embargo, lo más extraño de todo es que, de ninguna manera, encajaba con la clasificación de los zoólogos de la época pues pone huevos como un «perfecto» reptil y, cuando sus crías nacen, las amamantan como un «perfecto» mamífero.

Literalmente, los científicos preparadísimos de la época, al conocer un ejemplar que fue llevado a Inglaterra, consideraron que se encontraban frente a una falsificación y se decían «¿Quién cosió el pico de un pato al cuerpo de un castor? ¡Es algo paradójico!» y lo declararon «ilegal».

Sin embargo, el ornitorrinco no estaba haciendo nada ilegal ni paradójico, contrario a la lógica; más bien, era la «lógica» la que estaba incompleta.

Nassim Taleb, autor de «El cisne negro» (que no tiene nada que ver con la película), dice que todas las cientos de miles de evidencias demostraban, sin ningún género de duda, que todos los cisnes eran blancos, hasta que apareció un cisne negro que contradijo la teoría. Taleb dice «El problema no está con lo que se ve, sino con lo que no se ve».

La categorización de los animales de los zoólogos del siglo XVIII era un modelo mental que resultó ser incorrecto, como lo han sido muchos: El geocentrismo del universo (todo el universo gira alrededor de la Tierra), nuestro planeta plano, etc.

Pero ¿Por qué escribir todo esto? Pues porque aplica también a nivel personal, familia, equipos, organizaciones.

Cuando encontramos algo que contradice nuestra lógica (producto de nuestros modelos mentales) tendemos a decir «No soy yo el que está equivocado», como los zoólogos del siglo XVIII.

Estar abiertos es importante. Puede haber mucha evidencia «allá afuera» que contradice lo que crees. Sólo ten cuidado con establecer categorías «fundamentalistas» y «dogmáticas» que te impidan ver más de lo que hay.

Abrazo,

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