LA IMPORTANCIA DE RECONOCER QUE «NO SÉ»

Dicen los expertos en la ontología del lenguaje, que somos seres que nos creamos en el lenguaje y es así que decimos que existen dos actos lingüísticos. Las afirmaciones que describen la realidad (cuando el mundo gobierna a la palabra, nada cambia) y las declaraciones que cambian la historia y los acontecimientos (cuando la palabra gobierna al mundo, las cosas cambian).

Las declaraciones tiene un poder enorme. Decir «Sí», «No», «Te perdono», «Acepto», «Te amo» y muchas otras más, modifica la manera en que percibimos el mundo y las cosas que suceden después.

Quizás una de las más poderosas declaraciones es cuando decimos «No sé» (quien dice «Sí sé» o «Lo sé todo» puede quedar estancado).

A partir del año 1500 D.C. se inicia la revolución científica que algunos consideran una «revolución del conocimiento» cuando en realidad fue una «revolución de la ignorancia». Cuando reconocimos y dijimos «No lo sabemos todo» comenzó la expansión de los imperios europeos colonizadores que no buscaban sólo territorios sino conocimiento.
El sabelotodo pierde su capacidad de desarrollo pues piensa que siempre tiene la razón, que lo sabe todo y busca ganar; el aprendiz está abierto a reconocer que puede estar equivocado y que no lo sabe todo necesariamente, es decir, busca aprender.

Hay organizaciones y familias, donde decir «No sé» es un crimen merecedor de castigo; la gente dice «Sí sé» (aunque no sepa) para no ser criticado o juzgado.

El decir «no sé» y el aprender consecuente, nos permiten crecimiento y desarrollo.

Abrazo.

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