CONTAGIO

publicado en: Aprendizaje, Resultados | 0

No se asusten. No estoy contagiado. Espero que ustedes tampoco.

Esta contingencia sanitaria durará tanto como nosotros seamos cuidadosos y serios en la aplicación de las medidas necesarias.

Por «todos lados» recibimos noticias trágicas de gente contagiada, o bien, de muertes en diferentes países. El tema es incierto, pero dependerá en una buena medida de nosotros.

Sin embargo, estoy hablando de otro tipo de contagio. Aun más importante.

Lidia Muradep, coach y escritora argentina, en su libro «Coaching para la transformación personal», relata de la situación de su país en el 2001 cuando, en plena crisis económica y social, las conversaciones eran, palabras más o menos, «Todo está mal», «En este país no se puede», «Las cosas no funcionan» y otras; ella dice que veía con tristeza cómo muchos de sus amigos huían del país o cerraban sus empresas.

Y dice «Los estados emocionales son contagiosos, no somos responsables de contagiarnos, pero sí de salir de ellos».

A ese contagio me refiero, al contagio emocional, que es mucho más severo.

La Ontología del Lenguaje, usa un modelo llamado «Observador – Acción – Resultado». Sostiene que cada uno de nosotros es un observador del mundo y «ese» observador que soy (que eres) tiene a su disposición un determinado espectro o variedad de acciones «disponibles» que puede emprender y que dichas acciones generarán cierto tipo de resultados. Las acciones disponibles no son las «únicas» que existen, sino las que el observador alcanza a ver.

El observador (y su estado emocional) se construye mediante el lenguaje (somos seres lingüísticos). Así que si seleccionamos un lenguaje diferente cambiaremos al observador y al conjunto de acciones disponibles (que ahora ya puede ver) y, por ende, los resultados.

Muradep dice, «¿Desde ese observador que éramos en la Argentina del 2001 qué acciones podíamos emprender? Así que decidí cambiar al observador que yo era, cambiando mi lenguaje y, entonces, vi opciones que antes no veía».

Viendo las redes sociales, puedo reconocer que su contenido es mucho más negativo y catastrófico que lo contrario, positivo y capacitante. Esto produce el tipo de observadores que somos, las opciones de acción disponibles y nuestros resultados.

Seamos muy disciplinados con las medidas sanitarias aplicables. Esto hará que esta contingencia pase más rápido.

Sin embargo, seamos mucho más disciplinados, en elegir el lenguaje que usamos. Eso hará que esta contingencia emocional desaparezca a pesar de la contingencia sanitaria existente.

Abrazo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *