SIN LUZ

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Acabo de re experimentar una situación inusitada para nuestros tiempos pero, que en mi infancia, era «frecuentemente» común, ¡Se fue la luz! (Decíamos de chiquillos y seguimos diciendo de adultos, cuando lo que se «va» es la energía eléctrica).

Para mí, cuando se «iba la luz» en casa, cuando vivía con mis padres siendo niño, era una especie de fiesta.

Se encendían velas y de volada se jugaban juegos de mesa…especialmente lotería con «frijolitos» para completar la tabla y gritar «¡Lotería!» (Creo que hasta cuando volvía «La luz», hasta la apagábamos para seguir jugando en la penumbra).

Pues hoy, se me fue la luz. No Netflix, no Wifi, no microondas (como para calentar comida o, «de perdis», un té), no «nada».

Es curioso, de repente me pregunté «¿Qué hago?». El apagón duro 2 horas, al menos. Estuve en silencio. Fui a la cocina (usando la «linterna» de mi celular), saqué un par de velas (alguna vez las compré pensando que jamás las usaría), las encendí y saqué de mi mochila la novela que estoy leyendo («Las hijas del capitán» de María Dueñas, la recomiendo) y, así, a la luz de las candelas (como algunos les dicen) me dispuse a leer.

Terminé el capítulo correspondiente y casi ciego, me pregunté de nuevo «¿Qué hago ahora?». Pues con el cansancio rezagado de muchos días de trabajo y sin «nada qué hacer» me dije «pues a dormir».

Fui a la cama y me comencé a cuestionar «¿No sería bueno de vez en cuando «apagar la luz»?». No había más que silencio y no sabía qué hacer con él ¡Wow!

Estaba a punto de quedar dormido cuando «vino la luz» y perdí el contacto conmigo mismo. Como dejé los «switches» encendidos, el foco del cuarto se encendió, la TV se encendió, etc.

Mi reacción inmediata fue «¡Chingado, ya estaba a punto de dormir!» pero lo «Peor» fue que me quedé viendo la TV y atendiendo el Wifi (Redes sociales, correo, etc.) en mi «Smart phone» (no estoy seguro que nos vuelva smarts).

(Además de que mientras no «había luz», mi teléfono celular con su plan de datos y telefonía me tentaban todo el tiempo a seguir conectado).

¡Me conecté de nuevo!

No creo que estar conectado sea malo o bueno, sino apropiado o inapropiado.

Disfruto estar en contacto con familia y amigos, cercanos o a distancia…pero ¿Todo el tiempo?

¡Ah, cómo me quejo cuando se «va la luz»! Sin embargo, hoy fue una experiencia diferente, luminosa,…No saber qué hacer, estar confundido, es «saludable»,… ¡Estuvo padre! Conecté, primero, conmigo y, «sin estar», con otras personas, recuerdos, «espíritus» (no se asunten, para mí son recuerdos más vívidos)

¡Chin, vino la luz! (La apagaré más seguido).

Abrazo,

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